La piel es un ambiente en gran parte seco y pobre en nutrientes (más allá de las proteínas y los lípidos básicos), pero algunos microorganismos como Staphylococcus epidermidis pueden sobrevivir.
Seguir leyendoUna dieta bien balanceada afecta significativamente el proceso de envejecimiento de la piel
Existe una relación entre una dieta adecuadamente equilibrada y el aspecto y funcionamiento de la piel.
La ingesta de nutrientes esenciales en la dieta diaria es extremadamente importante para los procesos biológicos que tienen lugar tanto en la piel joven como en la que envejece.
Una galaxia viviendo en nuestra piel
En nuestra piel habitan cientos de miles de miccroorganismos que conviven con nosotros. Permanecen sobre la piel como una capa invisible, y conforman el microbioma de nuestra piel.
Seguir leyendoRosácea: papel de la catelicidina
La rosácea es una afección inflamatoria de la piel que afecta aproximadamente al 3% de la población. Las manifestaciones cutáneas incluyen eritema facial transitorio o persistente, telangiectasias, pápulas, pústulas y, en ocasiones, edema. Se localiza usualmente en la zona central de la cara Se estima que el 10% de la población desarrollará los signos primarios de la rosácea durante su vida. En términos generales, la rosácea puede ocurrir en cualquier tipo de piel; sin embargo, las personas de piel clara, mayores de treinta años tienen más probabilidades de desarrollar rosácea. Suele ser más frecuente en mujeres (en una proporción 3:1 en comparación con los hombres).
A pesar de que la patogenia de la rosácea aún se desconoce, la inflamación es un proceso central en esta afección. Hallazgos recientes, muy interesantes, han demostrado que la actividad aumentada de una proteasa, una enzima del estrato córneo y la de un péptido antimicrobiano, la, promueven la inflamación de la piel en la rosácea. La catelicidina es un péptido antimicrobiano que se expresa en la piel de manera anormal y aumentada en los pacientes con rosácea.
En la epidermis, la catelicidina LL-37 no solo combate las bacterias, sino que también tiene otras funciones importantes. Estas funciones incluyen regular el sistema inmune, atraer células protectoras hacia el lugar de la infección, estimular el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos y promover la liberación de sustancias inflamatorias por parte de ciertas células.
Cuando la barrera que separa la dermis de la epidermis se ve afectada, se produce una pérdida excesiva de agua. En pacientes con una afección llamada rosácea pápulo-pustulosa, se ha observado una disminución en la hidratación de la piel, especialmente en la zona central del rostro. Además, se ha descubierto que la epidermis en esta área tiene un pH más alcalino de lo normal. Este cambio en el pH y el mal funcionamiento de la barrera de la piel activan ciertas enzimas, especialmente una llamada kalicreína (KLK-5).
En pacientes con rosácea, se han encontrado niveles más altos de vitamina D en comparación con personas sin esta condición. Se cree que la vitamina D puede regular el sistema inmune tanto innato como adaptativo. Además, se ha demostrado que la vitamina D puede estimular la producción de LL-37, así como aumentar la expresión de TLR2 y KLK-5, que están involucradas en la respuesta inflamatoria de la piel.
Las nuevas investigaciones sugieren que el aumento de los niveles de catelicidina en la piel podrían contribuir al desarrollo de la inflamación crónica y los síntomas característicos de la rosácea. (Más información)
Patogenia de la Rosácea. Actualización Expresión Anormal de un Péptido Antimicrobiano, la Catelicidina Estrés Oxidativo y Niveles de Ferritina. (Más información)
Helicobacter pylori y su rol en la rosácea – Página 6 de 11 – Revista Electrónica de PortalesMedicos.com (revista-portalesmedicos.com)
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La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, cubre una superficie de dos metros cuadrados y pesa alrededor de cinco kilogramos. Además de ser flexible y resistente, tiene la habilidad de regenerarse. Puede soportar roces y arañazos, pero también disfrutar de caricias y abrazos.
Cada persona tiene su propia manera de sentir, y el sentido del tacto es el más amplio de nuestro organismo. Se trata del primer contacto en cualquier relación. Un primer contacto donde, ya no hace falta seguir buscando, ahí se encuentra. Así es, hablamos del punto G.
Un simple roce en la piel puede tener un gran impacto en las sensaciones que una persona experimenta. El choque inicial de las mejillas en una primera cita, una mano que roza otra o incluso un abrazo sincero puede hacerte sentir emociones muy intensas.
Desafortunadamente, en la cultura actual,se pone demasiado énfasis en la actividad sexual en sí misma, y se pasa por alto la importancia del contacto previo y la estimulación de la piel. La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y es el responsable del sentido del tacto. Cuando establecemos contacto con alguien, el primer paso siempre es a través de la piel, lo que demuestra que las relaciones humanas comienzan ahí.
La dermis, es una parte integral de la relación sexual. Tan sólo el roce es capaz de aumentar nuestra frecuencia cardíaca, haciendo que los nervios se disparen. Las personas, necesitamos contacto, sentir una piel con otra. Buscar el punto G es un proceso que involucra recorrerla con las manos de manera suave y decidida, lo que puede provocar una respuesta emocional y física placentera.
La sed de piel es insaciable y es una parte importante de una relación. El contacto suave y delicado, el calor que desprenden los cuerpos y la sensación cognitiva del momento de contacto pueden dar un gran salto de calidad en la relación.
Se trata de un órgano esencial y no deberíamos subestimar la importancia que tiene en nuestras vidas. Ya sea a través de la estimulación sexual o simplemente el contacto físico suave y cariñoso, la piel juega un papel fundamental en nuestras relaciones humanas y nuestra conexión emocional con los demás.
Por eso como consejo, cuida y protege tu piel, no te olvides que es el órgano más grande de nuestro cuerpo.
¿Sabes qué es el microbioma de tu piel y cómo protegerlo?
El microbioma se define como el conjunto de microorganismos que habitan dentro y fuera del organismo, y se compone de bacterias, virus y hongos. Tu piel tiene su propio microbioma, el cual es un factor fundamental para conocer tu propia salud dérmica. La ayuda a protegerse de infecciones y de las agresiones externas. Por eso, es muy importante tener y mantener un microbioma equilibrado, lo que contribuirá a disminuir el riesgo de trastornos cutáneos.
Seguir leyendo5 consejos para un microbioma cutáneo saludable
Existen múltiples factores externos que pueden alterar tu microbioma cutáneo. Pero de igual modo hay gestos que te pueden ayudar a proteger tu piel. Por esta razón, desde Unna Piel queremos darte 5 consejos para tener un saludable y feliz microbioma cutáneo:
Seguir leyendoEl papel del selenio, el zinc y el cobre en la piel y tu salud
En el viaje hacia una piel saludable y radiante, a menudo buscamos soluciones en cremas y tratamientos tópicos, pero subestimamos el papel esencial que desempeñan los micronutrientes como el selenio, el zinc y el cobre. Estos tres elementos traza no solo son cruciales para nuestra salud interna, sino que también juegan un papel vital en el mantenimiento de una piel hermosa. Desde la capacidad del selenio para proteger contra los daños celulares hasta la contribución del zinc en la regulación de la producción de sebo, y la importancia del cobre en la formación de colágeno, sumérgete en nuestro último artículo de blog médico para descubrir cómo estos minerales trabajan en sinergia para mejorar la salud y apariencia de tu piel.
Seguir leyendoEl importante papel de las vitaminas para la salud y la piel
Sin duda, las vitaminas desempeñan un papel fundamental que va más allá de su asociación con la energía y el sistema inmunológico. Cuando se trata de nuestra piel, estos micronutrientes juegan un papel crucial en el mantenimiento y mejora de su salud y apariencia.
Seguir leyendoLos ácidos grasos, los polifenoles y los carotenoides y su importancia para la piel
En el importante mundo de cuidado de la piel, a menudo buscamos soluciones externas olvidando el poder de los nutrientes internos. Los ácidos grasos, los polifenoles y los carotenoides, más allá de ser simples componentes alimentarios, juegan un papel esencial en nuestra salud cutánea.
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