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dieta piel

Una dieta bien balanceada afecta significativamente el proceso de envejecimiento de la piel

Existe una relación entre una dieta adecuadamente equilibrada y el aspecto y funcionamiento de la piel.

La ingesta de nutrientes esenciales en la dieta diaria es extremadamente importante para los procesos biológicos que tienen lugar tanto en la piel joven como en la que envejece.

El envejecimiento de la pie es un proceso natural y complejo influido por dos mecanismos: el envejecimiento intrínseco (genético, cronológico) resultante del paso del tiempo y el envejecimiento extrínseco (fotoenvejecimiento), causado por factores ambientales (entre ellos radiación ultravioleta, contaminación ambiental y humo de cigarrillo).

Tanto los procesos intrínsecos como los extrínsecos están asociados con alteraciones bioquímicas como por cambios en las propiedades físicas, morfológicas y fisiológicas de la epidermis y la dermis. 

Las características de una piel madura incluyen arrugas, pérdida de elasticidad, cambios de color, pigmentación desigual y decoloración, sequedad, focos de queratosis epidérmica anormal, telangiectasias, susceptibilidad a la irritación y regeneración y curación de la piel más lentas.

La piel es un tejido con un alto potencial proliferativo, por lo que es tan importante un aporte adecuado de proteínas, carbohidratos y grasas, que son indispensables para la generación celular.

El estado general de la piel, su textura, color y propiedades fisiológicas, resulta de factores como la hidratación, es decir, la presencia de una cantidad adecuada de agua en el estrato córneo, el contenido de sebo y la acidez superficial. 

El factor de hidratación natural (NMF), que consiste principalmente en aminoácidos, juega un papel importante en la hidratación y la acidez de la piel. 

Los ácidos grasos específicos también son importantes para mantener la función de la barrera cutánea y la integridad del estrato córneo.

Los ingredientes antienvejecimiento funcionales en los alimentos incluyen:

  • sustancias involucradas en la síntesis y el metabolismo de los componentes de la piel (p. ej., péptidos proteicos y ácidos grasos esenciales) 
  • aquellos que inhiben la degradación de los componentes de la piel y  mantienen su integridad estructural (p. ej., sustancias que regulan la expresión de enzimas como las metaloproteinasas de matriz (MMP) y la proteína activadora 1 (AP-1))

Algunos productos dietéticos podrían ser complementos útiles para el cuidado de la piel madura. Estos incluyen:

  • carotenoides y polifenoles, como apigenina (un flavonoide que se encuentra en numerosas hierbas, frutas y verduras), 
  • quercetina (un flavonol que se encuentra en la piel de cebolla y manzana), 
  • curcumina (obtenida del rizoma de la cúrcuma), 
  • silimarina (un extracto estandarizado de flavonolignanos del cardo mariano), 
  • genisteína (una isoflavona de la soja), 
  • proantocianidinas (de las semillas de las uvas) y 
  • resveratrol (un polifenol que se encuentra en las uvas, los cacahuetes, las frutas, el vino tinto y las moras). 

Los elementos claves de una dieta antienvejecimiento con propiedades antioxidantes, la deshidratación y la pérdida de elasticidad son: vitaminas A, C y E; selenio; zinc; cobre; silicio; polifenoles; carotenoides; y ácidos grasos esenciales poliinsaturados omega-3 y omega-6.

Una dieta saludable suplementada con vitaminas y minerales tiene efectos fotoprotectores y antienvejecimiento.