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Una galaxia viviendo en nuestra piel

En nuestra piel habitan cientos de miles de miccroorganismos que conviven con nosotros. Permanecen sobre la piel como una capa invisible, y conforman el microbioma de nuestra piel. Un ecosistema, que cuanto más diverso sea, más sano y mejor preparado estará para hacer frente a las alteraciones del entorno que nos rodea.

Ellos cumplen diferentes funciones que le dan a nuestra piel el aspecto que luce. Contribuyen a la buena salud de la piel y forman una barrera protectora. 

Esta galaxia de microorganismos interactúa con nuestra piel y cada persona tiene su propio microbioma. Éste es único y cada persona vive en simbiosis con él. La piel le ofrece a las bacterias un hábitat y los nutrientes, y a cambio, las bacterias protegen la piel frente a la penetración de microorganismos patógenos (gérmenes que provocan enfermedades).

Dentro de los efectos benéficos del microbioma evitan que los organismos patógenos transitorios colonicen la superficie de la piel, ya sea compitiendo por los nutrientes, secretando químicos contra ellos o estimulando el sistema inmunológico de la piel.

Existe un diálogo complejo de moléculas y señales bioquímicas entre los microbios y nuestra piel. La microbiota induce inmunidad protectora y reguladora que contribuye al equilibrio piel-microbio. Es decir, ellos sirven de barrera contra la infección neutralizando los microbios patógenos y estimulando el sistema inmune de la piel.

Beneficios que el microbioma ofrece a nuestra piel:

  • Protección: el microbioma se comporta como una barrera que evita que penetren sustancias u otros microorganismos patógenos para nuestra piel.
  • Favorecen la función de barrera de nuestra piel, lo que se traduce en el mantenimiento de una piel hidratada, firme y sana.
  • Fortalecen el sistema inmune.
  • Protección natural frente a la radiación UV y los daños que esta provoca en nuestra piel.

La composición del microbioma depende de la edad de la persona, del sexo, de la zona del cuerpo, del clima, la localización geográfica, el estilo de vida (es decir, de nuestra dieta, higiene, o cosméticos que usamos) y factores genéticos individuales. 

Sin embargo, nuestro microbioma puede variar entre ser beneficioso a la patogenicidad, produciendo infecciones o condiciones dermatológicas como la la psoriasis.

Diferentes factores ambientales, como un cambio en el pH de la piel o la radiación ultravioleta, pueden afectar al equilibrio del microbioma de la piel. Un microbioma desequilibrado puede derivar en afecciones cutáneas como piel seca y sensible o incluso enfermedades inflamatorias como el acné o la dermatitis atópica.

Es una convivencia de mutuo interés, nosotros le aportamos un lugar para vivir y ellos a cambio nos garantizan que la piel se encuentre en un buen estado de salud.